Gran Santiago – Teleradio Donoso (2007)
El 2008 para mí está dividido en dos fijaciones musicales: Incubus y Teleradio Donoso.
Incubus, siempre en los audífonos, me acompañó a conocer lugares en todas mis caminatas tanto de trabajo como paseos.
Gracias a Teleradio Donoso, en cambio, conocí muchos lugares en la ciudad.
Todo el segundo semestre del 2008 y la primera mitad del 2009 me la pasé yendo a sus tocatas por Santiago.
La primera vez que los vi en vivo (la única vez que vi la formación original además) fue en el metro Quinta Normal en el marco de un ciclo llamado «Pasajeros de la música chilena».
Ahí comenzó una seguidilla de tocatas y conciertos en lugares a los que nunca antes había entrado: el Galpón Victor Jara, las salas SCD, el Ovalo de La Reina, la Quinta Normal.
Varias de esas tocatas y eventos fueron gratis y no sé si antes había muchas más actividades culturales en torno a la música emergente o si yo estaba más interesada y al tanto de todo eso precisamente por bandas como Teleradio.
Recuerdo que una vez incluso, en algo así como el día de la música, tuve la posibilidad de verlos en la estación del metro Grecia, que queda a 10 minutos de donde vivía en ese entonces y era una situación demasiado cómoda y soñada.
También una de esas veces, en la sala SCD pude entrar a un encuentro con la banda después del concierto. Era una especie de meet and greet al que se podía ingresar sólo si llevabas alguno de los discos o si los comprabas ahí mismo. Mi hermana compró los dos en el lugar y cuando me preguntó cuál quería para que me firmaran, sin pensarlo tomé el Gran Santiago.
Ambos tienen canciones que hasta el día de hoy me encantan, pero el disco debut de Teleradio me llega de una manera especial.
Algunas de esas letras están dentro de las primeras que me hicieron sentido o me removieron algo, me dejaban pensando y mirando hacía mi interior
«POR QUÉ ME INTENTAN CONVENCER ¡SI LE TENGO MIEDO A TODO!»
Cada vez que escucho ese disco pienso en un clima especifico, tardes frescas y caminables de otoño y gente regresando a su casa por Providencia. Pienso en mi misma caminando a tomar la micro después de salir de ese trabajo de mierda que odiaba, triste, mirando a la gente y preguntándome si ellos también se sentían igual de mal que yo.
Pienso en flickr y en todas las horas que pasaba viendo fotos como las que quería sacar y niñas como las que quería ser, lugares que quería conocer y la estética que quería lograr (básicamente 500 days of summer sin el drama).
Pienso en como en las tocatas me encantaba observar a la gente y sus diferentes maneras de disfrutar la música.
Pienso en como prácticamente era la «niña Teleradio», tanto así que a mi perrito lo bauticé Martín en honor al guitarrista de la banda. Pienso en como la última canción nunca falla en dejarme tirada en la cama con una sensación extraña y preguntándome cómo es que el cielo se podía ver verde.
Recuerdo que en el concierto de despedida de la banda en el Teatro Oriente (otro lugar que conocí por ellos) nunca me creí del todo que era una separación definitiva.
Siempre pensé que algún día, más temprano que tarde, se iban a reunir y de cierto modo igual no estaba tan equivocada porque al menos no sería la ultima vez que escucharía alguna de esas canciones en vivo ya que como solista, Alex, a pesar de que algunas veces se ha referido a esa época de mala gana y dejando en claro que hay canciones que prefiere dejar en el pasado (Cama de clavos específicamente) igual ha incluido canciones de Teleradio en sus setlist dejándome siempre con el corazón lleno de nostalgia e infinitas ganas de bailar.